La realidad que nos rodea se transforma día a día, hacia un futuro nada lejano. Cada vez son más las posibilidades que nos acercan a un auténtico iceberg virtual del que solo estamos percibiendo su cúspide.
Y es que, los últimos estudios avanzan que en 2021 el negocio de la realidad virtual (RV) y aumentada (RA) podrá alcanzar los 60.000 millones de euros, frente a los 2.000 que generó en 2016. ¿Un salto importante verdad?
Una de las formas en las que la realidad virtual evoluciona cada día es a través de las apps en nuestros móviles. ¿Qué pasaría si pudiéramos conocer los alérgenos de una comida con solo hacer una foto? ¿O buscar piso de alquiler mirando el edificio a través del teléfono? ¿Os imagináis las posibilidades?
La realidad virtual ya está aquí
Aunque pueda parecer que la RV es algo inaccesible para el usuario medio, Oculus Go es el modelo de gafas de realidad virtual creado por Facebook que funciona sin necesidad de móvil u ordenador, y que ha servido como primer paso para democratizar este tipo de tecnología.
Pero también existen otros proyectos basados en realidad virtual que tienen objetivos de lo más variopintos. Algunos tienen fines educacionales y son aplicables a museos, centros de enseñanza, etc.
Otros están dirigidos a tratar a personas con dificultades como por ejemplo, ayudarles a superar fobias, miedo a ciertas situaciones, etc. Y como no, los proyectos que nos transportan directamente a situaciones extremas o que intentan provocar empatía en los demás, como el ‘Proyecto Cenizas’, que conciencia al usuario sobre la dura realidad de los refugiados.
¿Quién sabe a qué nos llevará la tecnología del futuro? Sin duda, ¡a grandes cosas!